Los pueblos originarios de la Ciudad de México han sufrido una afectación particular por la pandemia de SARS-CoV-2. Se trata de comunidades que habitan en la cuenca de México desde épocas previas a la conquista española. Actualmente encontramos pueblos originarios en las 16 alcaldías de la Ciudad así como en 57 municipios del Estado de México e Hidalgo que conforman la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Desde la época colonial las comunidades originarias han vivido importantes cambios en su constitución político-territorial. El proyecto desarrollista desde la segunda mitad del siglo veinte, incluyó la implementación de un modo de vida urbano que bajo los preceptos liberales de civilidad, igualdad política y homogeneidad cultural, fue ocultando la presencia de los pueblos originarios de la zona metropolitana. Pese a ello, en los albores del siglo veintiuno estas comunidades transformadas, reinventadas y adaptadas aparecen como sujetos políticos que reclaman reconocimiento, derechos sobre sus territorios y sus culturas. Sus sistemas de vida comunitarios son sostenidos por los ciclos ceremoniales anuales y los complejos organizativos que estructuran la vida comunitaria. La importante actividad comunitaria cotidiana implica constantes reuniones de los diversos organismos comunitarios: realización de asambleas, trabajo colectivo, celebraciones y comidas comunitarias en las plazas y en los predios donde vive parte de la familia extensa, entre otros. Esto motiva un contacto social intenso y ha favorecido el incremento de contagios. ¿Qué plantean las medidas gubernamentales de atención a la pandemia y los representantes tradicionales de estas comunidades?