La propuesta pretende, en términos generales y circunscritos al caso de estudio, presentar algunos de los procesos estructurales condicionantes de su situación particular, describir los elementos más relevantes de su práctica laboral informal, y hacer visibles ciertas significaciones asociadas al trabajo y la subsistencia. Después de la desactivación política y económica de la que fueron víctimas, el colectivo de chatarreros senegaleses de Barcelona ha vivido una dispersión espacial y una desarticulación social propias de un proceso de marginación estructural, cualificado fundamentalmente por la ausencia, la del Estado y todo lo que éste representa. Abocados a una “zona marginal”, que ellos mismos co-producen dado el carácter informal de sus prácticas, su expulsión de las cadenas económico-laborales es apenas aparente; de hecho, su grado de dependencia aumenta en cuanto se refuerza dicho proceso de marginación. En ese “margen”, el trabajo deviene en forma extrema y radical de supervivencia urbana, así como el espacio público se constituye en un auténtico territorio de exclusión. De esta forma, el trabajo se cualifica, entre estrategias y tácticas, a través de un conflicto constante por la apropiación del espacio y sus objetos constitutivos, en el que destaca una invisibilidad primero estructural y que es ahora funcional a sus propios intereses. Finalmente, en este contexto laboral, se construyen unos sentidos muy concretos sobre el trabajo y la supervivencia misma, que parecen vinculados a una ética ajena y ya extinta, a través de un proceso de significación que integra expectativas, trayectorias, realidades y posibilidades.

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