La escuela, espejo de la sociedad, es intrínsecamente caracterizada por lo plural, por una diversidad que quizá se percibe más por la presencia creciente en las aulas de niños y niñas con una historia, directa o familiar, de migración. La escuela italiana ha introducido recientemente, con una normativa ad hoc, la catalogación “Necesidades Educaticas Especiales” (NEE), con el fin declarado de atender a todos los escolares en sus diversas situaciones y condiciones. En realidad, no faltan los que opinan que se trata de una mera etiqueta que solo responde a la necesidad de gestión y de control de una institución que proclama “el intercambio, el diálogo, el mutuo reconocimiento y enriquecimiento de las personas en el respeto de las diversas identidades y pertenencias”, pero termina construyendo diferencias y creando desigualdades. Con el desarrollo de una etnografía en diversos centros escolares de una ciudad del Sur de Italia y en contacto con las administraciones educativas, nos proponemos analizar la eventual contradicción entre la producción normativa y las categorizaciones existentes, entre los discursos ministeriales y los de los profesionales de la escuela.