La etnografía brinda diversas potencialidades en su relación con la migración que pueden pasar, por ejemplo, por el acceso al conocimiento de las condiciones de incorporación en entornos determinados o a la disolución de tópicos y estereotipos sobre determinados “colectivos” de personas dentro de procesos hegemónicos de creación de otredad. Sin embargo, y paradójicamente, las investigaciones sobre la migración corren el riesgo de reificar su objeto de estudio, de recrear al “otro” a partir de un punto de partida centrado en el “grupo étnico” o la “nacionalidad”. Esto da pie a lo que diferentes autores/as han definido como nacionalismo metodológico o a una excesiva rigidez en torno al eje origen en este tipo de trabajos. Es por lo tanto necesario el desarrollo de herramientas teórico-metodológicas que permitan el estudio de las migraciones desde otro punto de vista.Con este problema en  el horizonte, la comunicación propuesta, a partir de una investigación de doctorado (actualmente en curso), se centrará, por medio de ejemplos etnográficos, en situaciones concretas donde dependiendo del contexto y de los niveles de  identificación que adquieren importancia en un determinado momento se  producen sentimientos de colectividad que excluyen a determinadas personas  e incluyen a otras. Se trata de fronteras cambiantes y temporales en diferentes grados que forman una compleja trama de solapamientos de pertenencias que si bien no diluyen cuestiones tales como el origen, el género o la religión, sí que complejizan la formación de límites y alejan estas fronteras de una visión excesivamente centrada en el origen.

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