Entre riesgos y desastres: el papel de la antropología en tiempos inciertos
Estamos viviendo en un contexto de incertidumbre global donde el rol de la antropología en la gestión de riesgos y desastres adquiere relevancia por su actualidad. Beck (1998) nos advertía que vivimos en la “sociedad del riesgo”, donde los problemas de la producción de riqueza y bienes se acompañan inevitablemente de los problemas de la producción de riesgos. Hoy, la crisis climática, las pandemias y las amenazas socio-naturales (Lavell, 2000) confirman esta idea. Necesitamos herramientas que nos permitan gestionar la incertidumbre y dibujar un futuro esperanzador.
La antropología propone superar fatalistas que perciben los desastres como “eventos” inesperados e inmanejables. Estas definiciones, además de inciertas, son imprudentes porque niegan la posibilidad de prevención y acción. En contraste, el enfoque socioantropológico ofrece una visión alternativa (Hewitt, 1997) que considera los desastres como procesos sociales enmarcados en contextos socioeconómicos, políticos y culturales que producen condiciones de vulnerabilidad (Hoffman y Oliver-Smith, 2002; García Acosta, 2002).
Basándose en una investigación etnográfica sobre los terremotos de Lorca, esta comunicación profundiza en la relación entre riesgos, desastres e incertidumbre, desde una triple perspectiva: 1) una dimensión teórico-conceptual, que aborda el riesgo en relación con tiempo, percepciones y aceptabilidad, y el desastre como proceso histórico socio-cultural ligado a la complejidad y el cambio social; 2) una dimensión de gestión del riesgo y desastres, destacando aprendizajes etnográficos sobre coordinación entre actores, planes de gestión y la incertidumbre en profesionales y ciudadanía; 3) una dimensión experiencial y emocional vinculada a la incertidumbre que generan el riesgo y la vivencia de un desastre.
(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo