Sexualidad y discapacidad. El deseo en mujeres jóvenes con discapacidad en España.
Ya en los años 70, Kate Millet anunciaba que el coito, extensible también al sexo, "no se realiza en el vacío (...), se convierte en un microcosmos representativo de las actitudes y valores aprobados por la cultura". La sexualidad está llena de preceptos y de normas, de lo cultural y lo moral que interaccionan, de manera que cuando van a tener lugar relaciones sexuales entre una o más personas, entran en juego todos aquellos esquemas interpretativos en los que hemos colocado el sexo. Así, damos espacio o no a lo que se considera legitimo, aceptable, deseable o reprochable. En el caso de las mujeres con discapacidad, la sexualidad tiene que ver, ineludiblemente, con cómo hemos ideado y dado forma a la discapacidad, qué es y qué no, qué es la sexualidad en marcos capacitistas y, por supuesto, patriarcales. Tanto es así que el propio deseo, sus fantasías van a estar mediadas también por esta visión, por cómo la manera en la que son vistas repercute en cómo se perciben y se relacionan sexualmente con sus cuerpos y con otras personas. Angel (2021) hace referencia a que históricamente, la sexualidad de las mujeres ha existido para otros, negando su agencia en contextos falocéntricos, coitocéntricos y capacitistas, Balint (2024) apuesta por poner en valor esa agencia sexual y recuperarla. En esta investigación cualitativa, a través de de entrevistas a mujeres jóvenes con discapacidad, nos acercaremos a cómo las propias entrevistadas conceptualizan y dotan de sentido su sexualidad y su deseo.
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