En junio de este año la redacción de AIBR recibió una oferta de un conocido bróker especializado en la compra de sellos editoriales. La oferta de adquisición proponía una negociación de partida en 800.000 dólares por las cabeceras de nuestras dos revistas (AIBR, Revista de Antropología Iberoamericana y ARIES, Anuario de Antropología Iberoamericana). No era la primera vez que se recibía una oferta de este tipo, pero sí la primera donde el postor indicaba en su mensaje de inicio una cifra específica y de un valor considerable. Como en anteriores ocasiones -por razones que de sobra podrá imaginar el lector y la lectora- la respuesta fue agradecer la oferta y declinarla con amabilidad.
El control sobre la comunicación es una de las armas más poderosas de la política y el mercado. De forma específica, controlar la publicación científica es un negocio suculento que lucra desde hace décadas a un reducido oligopolio de editores. Las universidades pagan las investigaciones, las universidades pagan las tarifas de evaluación de artículos, las universidades pagan los salarios de los investigadores y pagan los costes de mantener un campus donde estos puedan trabajar. Cuando el resultado de las investigaciones sale a la luz, de nuevo las universidades deben pagar dinero para que sus bibliotecas estén suscritas a las revistas donde sus propios investigadores publican. Y cuando no son las universidades quienes pagan todas o alguna de estas cosas, lo hacen al final las instituciones que las mantienen a base del presupuesto público. Tal vez nuestras lectoras y lectores ahora tienen claro quién pierde y quien gana. En toda esta suculenta cadena de dinero hay un eslabón sin el cual nada puede rodar: las revistas científicas.
Por eso controlar la publicación científica es un elemento de poder. Pero como cualquier tipo de poder, este se degrada en el momento en el que se utiliza para fines individuales, o para lucrar a unos pocos. El truco no duraría a menos que se mantenga todo con ofertas, regalos o tentaciones. Y eso es lo que hace el mercado. Para ver un ejemplo, léase el inicio de este escrito.
ARIES está inspirado en iniciativas como el manifiesto de Leiden contra la histeria de la métrica o la Declaración de Budapest para el acceso abierto al conocimiento. Nació como un “sistema que desmonta el sistema”. Y lo que quiere desmontar es ese poder simbólico del que hablaba Bourdieu, “el que se ejerce sobre alguien que lo asume como normal”. A menudo se refleja en muchas de las preguntas que nos hacen los usuarios sobre ARIES. ¿Es una revista?, ¿es un repositorio?, ¿son las actas de los congresos?, ¿es un portal?, ¿es una base de datos de revistas?, ¿estáis indexados?, ¿cuáles son las fechas límite de publicación?
Nuestra respuesta huye de la trampa de la disyuntiva. ARIES no es un “esto o lo otro”, sino un “esto y lo otro”, una combinación que suma valor, un sistema integral de conocimiento. Es todo esto… y mucho más. Y para más clarificación, cabe mencionar aquello que Ricardo Sanmartín, en su brillante ensayo “Creación y negación” describe como “aclarar con la negación”, o definir algo a través de lo que no es. ARIES no es un negocio sujeto a la oferta y la demanda del mercado, no es la propiedad de un oligopolio de editores, no es un sistema sujeto a la subvención de rotaciones políticas de una u otra ideología. En fin, no es el tipo de revista que los autores estamos acostumbrados a asumir como normal. Por el contrario, ARIES es una revista hecha a necesidad de los y las autoras que buscan el reconocimiento de su trabajo.
Y hacemos un “doble clic” a esa idea de reconocimiento. No estamos en esta profesión por dinero, pues ganaríamos más en la empresa privada. Tampoco estamos para obtener ningún tipo de poder político, porque la antropología no es aún una disciplina con la influencia social que desearíamos. Pero sí estamos y trabajamos para que nuestro trabajo, por mejor o peor que sea, sea reconocido, que pueda ser publicado sin tener que soportar la infinidad de barreras económicas, culturales, lingüísticas y temporales que hoy existen en el mundo académico editorial. Las barreras económicas ya las he comentado, las culturales nos las encontramos desde el inicio de la investigación. Sobre las lingüísticas, baste aquella idea de: “si quieres que te dé puntos, tendrás que publicar en inglés”. Añadamos también que idiomas como el español o el portugués, hablados por un 11% de la población mundial, solo aparecen en el 1% de la producción científica. Sobre las barreras temporales podríamos decir muchísimo también. Basta con pensar lo que tarda un manuscrito desde que se envía hasta que se publica a una revista científica, si es que uno lo consigue.
ARIES se orienta a favorecer el espíritu creativo, a ser un espacio para el intercambio del conocimiento sobre el acontecer social desde distintas latitudes. Los autores y autoras pueden publicar su trabajo sin las barreras tradicionales. Además, pueden actualizar sus textos para mejorar la calidad con nuevas versiones de los mismos. Salvo en el día y la hora de nuestra muerte, en ARIES no hay fechas límite. Tenemos un equipo de directores de sección que evaluarán los artículos más destacados que se hayan publicado en cada periodo. Es así como se hace nuestro “¿Qué leer en antropología?”.
En cada envío integraremos tres grupos de artículos. “Lo más destacado”, “Lo más leído” y “Nuevos artículos”. De esta forma todos los títulos de manuscritos tendrán la opción de ser consultados por nuestros más de 10.000 lectores. La cantidad de artículos es creciente, y disponemos de un equipo de treinta personas que están ahora mismo contactando a antropólogos y antropólogas en más de 20 países para traer de manera abierta las investigaciones que cada año se crean en antropología. ARIES busca recuperar nuestra capacidad de ser reconocidos, busca devolver la autoría a los autores. Por eso agradecemos el contar de nuevo con el apoyo de todos y todas nuestras lectoras en esta nueva y apasionante etapa de la Asociación AIBR.
ARIES, Consejo Editorial
José Luis Anta-Félez
Luis E. Andrade Silva
María Elena Collado Sánchez
Valentina Fajreldin Chuaqui
Isabel González Enríquez
Xerardo Pereiro
Adriana Rodríguez Barraza
Lydia Rodríguez Cuevas
Doris Sayago
María Cristina Saldaña
Sergio López
Sara Mehrgut