Retornar "en" cuevas más de ocho décadas después.
Las exhumaciones de represaliados/as por el franquismo en el siglo XXI se han transformado en una poderosa herramienta para la visibilidad y legitimidad de estás víctimas en el marco más amplio de los Derechos Humanos y de la Justicia Transicional.La visibilidad que las exhumaciones contemporáneas dieron a la violencia sufrida en la retaguardia franquista a partir de las huellas que la violencia dejó en los cuerpos exhumados, y la participación de técnicos forenses y arqueológicos con una narrativa de los derechos humanos con una importante legitimidad transnacional, permitieron una disputa entre aquellas memorias subterráneas (Pollak, 2006) que no habían tenido un espacio de escucha y habla reconocido y la memoria hegemónica construida y heredada por el franquismo y la Transición.A partir de la exhumación llevada a cabo en Cuevas del Valle (Ávila) en abril de 2022 y la posterior reinhumación en el Cementerio local en marzo de 2023, propongo reflexionar sobre diferentes retornos que la exhumación posibilita, conectando memorias, tiempos y espacios. La exhumación nos permite pensar en el retorno de Marcela, Eladio y Segundo a la comunidad de muertos de la que habían sido excluidos, pero también a la comunidad de los vivos a partir de diferentes micropolíticas de reincorporación. También el retorno de la familia de Marcela, quienes volvieron a “su” pueblo, a pesar de que era la primera vez que pisaban aquella tierra. O el retorno del miedo, palpable en las estrategias para proteger la fosa durante la noche de la exhumación.