En algunos países como Estados Unidos para los siguientes meses se ha anunciado el fin de la pandemia por COVID-19. En poblaciones semiurbanas de México se ha pasado de la incertidumbre, el horror y el miedo, al ánimo esperanzador. Seguimos viviendo y contando las historias que nos calificaron en su momento; acontecimientos desgarradores que provocaron muerte convertidas en cifras y detenimiento prolongado de la vida convencional. Como sociedad, reiniciamos el camino continuo de replanteamientos, secuencias y procesos de vida; aprendimos otra vez a vivir con la amenaza; el virus del SARS-Cov-2 que dada las inmunizaciones poco a poco se ha adaptado a nosotros, de lo que se espera la crisis sea cada vez menor, pero; será qué lo que vivimos se acabó. Esta propuesta tiene como objetivo argumentar, desde un enfoque emocional en antropología, que las emociones emergidas durante la trayectoria del padecimiento por COVID-19 en sujetos y microgrupos de poblaciones semiurbanas, al no experimentarse solas, formaron construcciones de aprendizajes significativos mediante su vivencia, para luego las personas y familias construir conciencias significantes que les permitieron resistir y continuar con su vida, siendo su narrativa; el episodio expresivo más relevante, por ello; posibilidades metodológicas para su investigación particular.