Mi objetivo es reconstruir la cultura material e inmaterial de los pueblos esclavizados que se desplazaban por el espacio atlántico a través de fuentes inquisitoriales. El hilo conductor de esta reconstrucción son las islas Canarias que por la riqueza de las fuentes disponibles representan el punto de observación y conjunción entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Los juicios inquisitoriales de Canarias -conservados en su versión íntegra- permiten extraer importantes datos sobre la cultura material de las personas esclavizadas, especialmente de aquellas que fueron acusadas de brujería. Los documentos inquisitoriales contienen información sobre prácticas rituales y objetos utilizados por personas esclavizadas en el Magreb y África Occidental que, al mismo tiempo, revelan importantes detalles sobre su movilidad en el espacio atlántico. Objetos como tijeras, espejos, piedras particulares, bolsas, eran los medios inanimados que podían cobrar vida a través de los discursos y gestos especialmente de las mujeres. Esta forma de conocimiento fue transmitida de generación en generación y recreada por la comunidad para asegurar un sentido de identidad y continuidad en el tiempo.