Esta ponencia pretende analizar la gestión funeraria comunitaria en el seno del colectivo marroquí en Cataluña. La inmigración hacia esta región se inició a mediados de los años sesenta y se consolidó a finales de los noventa del siglo XX. Se ha reconstruido la historia de esta inmigración sobre la base de las iniciativas asociativas, culturales y religiosas como expresiones de una identidad colectiva. La lectura alternativa que aquí se propone de este proceso de configuración comunitaria, parte del análisis de las diferentes fases y maneras en que se han gestionado las muertes de miembros de este colectivo. Esta ponencia se basa en la explotación de los archivos del Consulado de Marruecos en Barcelona, para mostrar las dificultades que tuvo que abordar este colectivo para gestionar la dimensión funeraria. Sin posibilidad de poder enterrar a estos fallecidos en un cementerio musulmán (el primer cementerio islámico en Cataluña se abrió en 1997), ni poder repatriar el cuerpo al país de origen, muchos fallecidos fueron enterrados en fosas de beneficencia. La hipótesis que se sugiere es que las diferentes fases de esta gestión funeraria comunitaria plantean fundamentalmente una cuestión de pertenencias, que revelan la intensidad de las relaciones de dependencia que se mantienen con respecto al país de origen.