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ESTIGMA “PUTA”: GENEALOGÍA Y REAPROPIACIONES.

El estigma social se compone a partir del conjunto de atributos desacreditadores que se imponen sobre quienes muestran comportamientos socialmente sancionables (Goffman: 1967). Las personas que ejercen el trabajo sexual – especialmente las mujeres - constituyen uno de los colectivos más estigmatizados en nuestras sociedades al trasgredir las normas sexuales impuestas por el patriarcado. Se trata de un estigma irreversible: una vez impuesto, esencializa la vida de la persona hasta su muerte. El estigma “puta” es tan fuerte que actúa como una forma de violencia estructural y simbólica para controlar la sexualidad de todas las mujeres (Pheterson: 2000, Juliano: 2002 y Osborne: 2003). Por último, la figura de la “puta” es tan demonizada que sirve para ofender a la sociedad entera: el insulto más utilizado es, todavía hoy en día, “hijo/a de puta”.   A partir de estas cuestiones, la intención de la charla es compartir unos resultados de mis investigaciones (doctoral y postdoctoral) centradas, entre otras cuestiones, en comprender los mecanismos de la construcción del estigma “puta”. A partir del análisis de datos recopilados durante doce años de colaboración con varios colectivos de trabajadoras sexuales, la ponencia se propone examinar, por un lado, cómo y por qué el estigma “puta” sirve para vigilar y castigar a las profesionales del sexo (y todas las mujeres cis, lesbianas y trans), y, por otro lado, cómo el lema “yo también soy puta” está siendo reivindicado por muchas trabajadoras sexuales movilizadas en la reclamación de sus derechos, o por colectivos que luchan con ellas.