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Pensar las fuentes y centrar los sujetos: construcciones de la memoria colectiva

Como señalaba Halbwachs (1950), las fuentes escritas no son más auténticas que las fuentes orales, y ambas deben ser analizadas críticamente, siendo este un criterio indispensable para aquellos que conciben la práctica antropológica como científica. En términos epistemológicos no hay diferencias fundamentales entre fuentes escritas y fuente orales, considerando que tanto la memoria como los documentos son socialmente construidos (Pollack, 1992). El problema de las fuentes etnográficas se coloca al nivel de sus usos, de clasificación, confiscación, dominación o liberación, siendo el compromiso con los sujetos el principal objetivo del antropólogo. Esta comunicación pretende debatir las problemáticas de la producción, reproducción y usos de los archivos etnográficos, a partir de la experiencia de dos estudios realizados, uno sobre las memorias de la guerra civil española y otro sobre la patrimonización de prácticas musicales. El primero caso trata de memorias confiscadas por el poder dominante, que circulaban en los grupos familiares y políticos. La persistencia de la memoria resultaba de la fuerza de la identidad grupal frente a la sociedad, y de la certeza depositada por sus miembros en su versión del pasado. En el segundo caso se trata de procesos de patrimonialización y mercantilización de la cultura, que reconstruyen el sentido del común y la memoria futura de los detentores de la herencia cultural.