La pollada es una práctica muy popular en Perú, consistente en la preparación y distribución de comida entre redes informales de allegados, y orientada a la recaudación de fondos solidarios. Surgida hace cincuenta años en el marco de las grandes migraciones a la ciudad de Lima, este ritual ha llegado a consolidarse en la vida cotidiana de muy distintos sectores de la población peruana, asumiendo muchas y muy variadas aplicaciones. En este trabajo se discute la adaptación que de esta práctica hacen los migrantes peruanos residentes en el barrio del Abasto (Buenos Aires, Argentina). Para ello se aporta una descripción en profundidad de los usos, formas y funciones que estos migrantes imprimen a la pollada, enmarcándolos en la singular experiencia de los peruanos en el Abasto y de sus relaciones con la sociedad argentina. A partir de los datos recabados reflexionamos sobre la importancia de la identidad étnica como un factor decisivo en la articulación de formas de ayuda mutua entre los inmigrantes. Y proponemos una discusión sobre la práctica de la pollada a partir de la noción de comportamiento étnico teorizada originalmente por James C. Mitchell (1974).