La práctica activista se construye desde los diversos sentidos de entender la movilización que mantienen los agentes. A menudo, estas posiciones incorporan orientaciones temporales implícitas, ya sea en los modos de tematizar las experiencias de aquellos movimientos políticos que se toman como referentes, en la historicidad que señalan determinadas fechas, o en la propia intersección de la praxis activista con el ciclo vital de los sujetos. Esta presentación se pregunta por la forma de gestionar y articular esta diversidad de temporalidades en el marco de un evento emergente, como fue la acampada iniciada en la ciudad de Cáceres en mayo del 2011, en el contexto del Movimiento 15M. La planificación de la acampada y la negociación de sus objetivos y estrategias nos permitirá poner de manifiesto la existencia de una diversidad de tempos entre los organizadores de las primeras asambleas y los propios asistentes, así como una temporalidad tácita en las secuencias de interacción derivadas del proceso de toma de decisión consensual, asumidas como dadas por un cierto sector de los activistas. En segundo lugar, se presenta el debate en torno a cuándo «levantar» la acampada como un ejemplo de confrontación del sentido «prefigurativo» con el que algunos participantes identifican la acampada, y los enfoques orientados a construir un proyecto político que no se clausure en el momento asamblea. Finalmente, la presentación considera cómo estas dinámicas están mediadas por una temporalidad eventual, donde la praxis está supeditada al sostenimiento de las expresiones que recrean la existencia de los agrupamientos.