Crisis sistémica de la producción alimentaria en 2020. De la protesta periférica a la centralidad frente a una pandemia. Tractoradas, guantes y mascarillas
Antes de la pandemia provocada por el Covid 19 en el territorio español, 2020 se anunciaba como un año crítico para la industria alimentaria desde los sectores productivos y sectores de trabajadoras y trabajadores. Asistimos a lo que popularmente se vino a llamar “las tractoradas”. Protestas en distintos territorios: Andalucía, Castilla la Mancha, Castilla León, Canarias, Galicia, Aragón o País Vasco entre otros, encabezadas por los “agricultores al límite”. Días después de las movilizaciones, donde tractores y maquinarias agrícolas recorrían los centros de las ciudades bajo el lema “el campo existe”, la sociedad se vio sorprendida por el estado de alarma y la expansión del Covid 19. Estos reclamos pasaron de la periferia al centro. Igualmente, la emergencia de colectivos como Jornaleras de Huelva en Lucha o el Colectivo de Trabajadores Africanos pasaron a ocupar un papel de relevancia en medios de comunicación, redes etc. a partir de que el Covid 19 pusiera en entredicho situaciones naturalizadas: trabajadoras sin medidas higiénico-sanitarias o personas productoras sin margen de acción. Ambos sectores, quienes producen y quienes trabajan de forma asalariada venían poniendo en entredicho una crisis sistémica del modelo agroalimentario.El objetivo de la siguiente comunicación es hacer un repaso por las protestas previas al Covid para ver qué incidencia ha tenido la pandemia en el modo de apreciar lo, hasta entonces, “normal”. Para ello, nos basaremos en el análisis de prensa y actividad en redes antes y durante la primera ola del Covid entrevistas a portavoces de los citados colectivos.
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