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Covid 19 y esencialidad. Fricciones en la producción alimentaria. El caso de la campaña de frutos rojos 2020 en la provincia de Huelva

La pandemia provocada por el Covid 19 ha generado un estado de alarma en el que, por primera vez,se definen una serie de ámbitos y de profesionales bajo la característica de esenciales. En esta línea, el sector de la alimentación ha sido central así como las personas presentes en cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria: personas productoras, recolectoras, temporeras, vendedoras, transportistas, mediadoras etc. Durante el primer periodo del estado de alarma, de marzo a Junio, se dieron situaciones combulsas por el impacto de la aparición de una pandemia global. En este tiempo coincidieron campañas agrícolas fundamentales para los territorios en los que se ubican, debido a la implantación del monocultivo en cada vez más áreas geográficas. Esto puso en peligro temporadas afianzadas como la campaña de los frutos rojos en la provincia de Huelva, Andalucía. Por primera vez personas migrantes, jornaleras, temporeras , muchas de ellas pertenecientes al cuarto mundo, a quienes habitan nuestro “primer mundo”, que ya vivían en un estado de absoluta precariedad (Mbembe 2019) son consideradas esenciales.Esta comunciación pretende mostrar como la declaración de esencialidad de esta campaña por parte de la Administración pública durante el confinamiento de la primera ola, no se tradujo en una mejora de las condiciones sociolaborales de las personas que trabajan en ella. Siguiendo una metodología cualitativa de corte etnográfica basada en entrevistas en profundidad a trabajadoras del sector, atendemos a contrastes surgidos entre la consideración esencial y las circunstancias reales durante la actividad laboral.

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