En el marco de las luchas contemporáneas por la reivindicación de los pueblos indígenas y negros, se han destacado ciertos aspectos de manera primordial en las directrices de las demandas. Éstos son los referidos al campo de la reproducción cultural, particularmente los proyectos de formación y educación, los cuales son considerados estratégicos y fundamentales para garantizar dentro de las condiciones globales actuales, la reproducción de los pueblos como sujetos de derechos específicos; su reconocimiento como colectividades diferenciadas; y el florecimiento y la expansión de sus culturas. La exigencia se fundamenta en el cabal cumplimiento del derecho inalienable y formalmente establecido en la legislación internacional, a disponer de una educación propia que garantice legítimamente su reproducción cultural, sin desventaja alguna y contando con los instrumentos necesarios para llevarlo a cabo. Para ello, es necesario que las universidades y demás instituciones encargadas de la educación, destinen mayores esfuerzos para la formulación de modelos interculturales destinados a diversificar el conocimiento universal y académico, para que pueda ser relacionado con los conocimientos locales, las etnociencias, los saberes alternativos -diálogo de saberes- para que, con la colaboración interdisciplinaria en materia de reflexión epistemológica, se profundice en la construcción de nuevos modelos de investigación, estrategias docentes, desarrollo de pedagogías y tecnologías emergentes, y en la elaboración de nuevas metodologías cualitativas y cuantitativas que los sustenten, en especial cuando constituyen la base para la construcción de nuevos paradigmas de conocimiento.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo