En el contexto neoliberal, los discursos educativos se orientan hacia la conformación hegemónica de un tipo particular de subjetividad caracterizada por una individualidad consumidora y responsable de sí, con las normas incorporadas en el cuerpo. Pese a la crisis de la sociedad disciplinaria, la escuela actúa (o mejor dicho, pretende actuar) hoy como un enorme laboratorio-fábrica del cuerpo infantil, pero no cualquier cuerpo, sino precisamente el cuerpo que desde hace más de dos siglos ha ocupado el centro de la acción educativa: el cuerpo heterosexual. Con todo, este tipo de narrativas han sido puestas en cuestión durante buena parte del siglo XX, en cuya segunda mitad se han alzado voces especialmente potentes desde las pedagogías feministas y postcríticas. Tal vez como reacción a dichas voces, se puede apreciar en la actualidad cierta vuelta al escenario institucional educativo propio del siglo XIX: hoy como entonces, la escuela dirige renovados esfuerzos a la producción heteronormativa del cuerpo-estudiante-niño-niña, a cuyo servicio dispone todos los medios a su alcance. Teniendo en cuenta esta realidad, el trabajo se propone cartografiar los diversos proyectos y pedagogías queer/antinormativas del contexto iberoamericano (Valeria Flores, Jordi Planella, Guacira Lopes Louro, Lucas Platero) con un doble objetivo: a) interpelar las epistemologías pedagógicas heteronormativas que se empeñan en producir saberes escolares en torno al binomio sexo-género; b) discutir acerca de las dificultades y desafíos que suponen las pedagogías antinormativas como espacios de resistencia a la normalización los cuerpos de la educación.

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