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HABITUS, CULTURA, MENTE Y CEREBRO. LA MENTE COMO HABITUACIÓN NEUROLÓGICO-CULTURAL

La cuestión crítica en la que se ha venido centrando el debate sobre la relación entre cuerpo y mente es la de la identidad o alteridad existente entre procesos mentales (mente y conciencia) y procesos cerebrales (neurofisiológicos). Según sea el tipo de respuesta ensayada a tal cuestión conducirá, en unos casos, a postular la identidad mente-cerebro –fundamento de las tesis neurobiológicas y otros reduccionismos monistas- enfrentando a la difícil empresa de explicar cómo los procesos encefálicos generan por sí los procesos mentales, o cómo la conciencia puede aflorar de los procesos físicos. Desde la otra respuesta, el afirmar la diferencia ontológica entre mente y cerebro abocará a la no menos espinosa tarea de explicar la mutua interacción entre ambos. A través de un detallado análisis crítico de los enfoques neurobiológicos, conductistas, postuladores de la identidad cerebro-mental, materialistas-eliminacionistas, dualistas neurofisiológicos, funcionalistas, naturalistas o neuroantropológicos, se argumenta, en primer lugar, que la pretensión manifiesta de la matriz disciplinaria neurocientífica se orienta a proyectar e imponer límites epistémicos, figurativos y lógico-conceptuales de lo que sea posible pensar, investigar y teorizar en el futuro acerca de las dimensiones sociales, culturales y mentales del ser humano, intentando estratégicamente forzar las matrices disciplinarias de científicos sociales y humanistas, con sus paradigmas sociológicos y antropológicos, para alentar la pérdida de su autonomía en el discurso especializado acerca de dichas dimensiones constitutivas de la condición humana.

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