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HILVANANDO HIATOS ESPACIALES. HACIA UNA ANTROPOLOGÍA VIARIA EN DOHA, QATAR

La Península Arábiga está siendo escenario de un espectacular desarrollo urbano a partir de la riqueza generada con la explotación de sus recursos energéticos. En ese contexto, la capital qatarí, Doha, parece ahora erguirse como una de las principales competidoras de Dubai en el litoral árabe del Golfo Pérsico a partir de un crecimiento sustentado en la importación masiva de mano de obra y un tejido urbano resultado de estrategias de inversión, desregulación y especulación que pretenden convertirla en centro de conexión global. Y es como parte de esta vocación de ciudad-aparador, que ha llevado el despotismo del automóvil a su propio delirio.De este modo, y teniendo en cuenta la falta de transporte público rodado, la carretera se presenta como un espacio performativo y de interacción que, aunque no accesible a todos, permite la copresencia anónima de distintos individuos y grupos, y el inevitable contacto con la múltiples alteridades que se encuentran en la ciudad. El espacio de circulación puede, y debe ser leído como un espacio “público”, un teatro portador de intercambios en una danza que articula y ordena las competencias, contestaciones y resistencias en la apropiación de un lugar que se supone de paso. Un territorio intersticial, que se abre entre otras unidades de espacio planeado, una suerte de descampado, producido, vivido y apropiado a través de este encuentro y copresencia, tal vez no buscadas, pero que nos hablan de las dinámicas que imbrican y atraviesan la vida cotidiana –no exenta de conflictos- de la capital qatarí.

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