Las investigaciones feministas han desvelado la importancia de los cuidados para la reproducción social. Las mujeres son quienes asumen mayoritariamente el cuidado en la familia, y son también mujeres las trabajadoras predominantes en empresas y servicios públicos de cuidados. Esta vinculación de las mujeres a los cuidados condiciona su trayectoria laboral, con repercusiones a lo largo de su vida, pues afecta negativamente a salarios, categoría laboral, jornadas de trabajo, pensiones y jubilación. La implicación de los hombres en los cuidados es un reto pendiente en términos de igualdad de género, pero es también un reto ante el ingente incremento de las necesidades de cuidado que se está produciendo las sociedades europeas, especialmente los cuidados de larga duración vinculados a la edad. El objetivo de esta comunicación es analizar cómo los hombres se introducen en las tareas de cuidados, los cambios y las resistencias. Las barreras culturales (construcciones de género) y las barreras de oportunidad (mejor situación de los hombres en el mercado laboral) repercuten en la escasa incidencia de la participación de los hombres en los cuidados. Identificar los modelos emergentes forma parte de la investigación que hemos iniciado sobre estas cuestiones.