El interés académico por los monasterios ha aumentado en esta última década. A pesar de la caída de las vocaciones religiosas, el monaquismo vive hoy un período de inesperada popularidad y experimentación en los márgenes de los contextos parroquiales (Jonveaux et al., 2014). Un público diverso acude a las hospederías de monasterios católicos participando de retiros, cursos de contemplación o estancias cortas en busca de tranquilidad, bienestar pero también de un reencuentro con sus “raíces culturales”. A partir de los resultados de una investigación etnográfica basada en una estrategia de estudio de caso, la comunicación explora las prácticas y las narrativas de memoria en los procesos de transformación de un monasterio benedictino femenino. Se parte de una consideración del monasterio como espacio de memoria y para la memoria. Una institución que en sí misma, en sus muros y en sus claustros, invita a revivir y a reimaginar un pasado en un contexto de imperativo del cambio. Asimismo, una aproximación a las prácticas cotidianas que tienen lugar en el monasterio por parte de sus habitantes y visitantes, nos muestra también otra de las caras de esta memoria material y patrimonializada que representa el monaquismo hoy. Esta comunicación se centra precisamente en esta memoria vivida. Así, examina las narrativas y prácticas de memoria como actos de recreación y reconstrucción de sentido que permiten a través de invocar las profundidades de la tradición legitimar y resignificar el papel de la institución monástica en un escenario post-parroquial que ha debilitado sus estructuras de plausibilidad.