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Del deporte al espectáculo: construcción de la imagen pública del luchador de lucha libre en la ciudad de México

La lucha libre mexicana es considera un deporte espectáculo. Por un lado,  coexisten prácticas deportivas que se originan en la lucha olímpica y grecorromana, sumada a otras disciplinas asociadas a las artes marciales. Por otro, es un espectáculo masivo en México, que cruza todos los medios de comunicación y todos los soportes tecnológicos. Las luchas poseen componentes deportivos, basados en un disciplinamiento corporal que debe sostenerse a diario, junto al trabajo en medios masivos que fueron incorporándose y transformando la lucha libre en un fenómeno transmedia.El trabajo de campo comenzado en 2008, mediante el desarrollo de entrevistas en profundidad a luchadores profesionales del Consejo Mundial de Lucha libre (Ciudad de México), es la base para analizar el lugar del luchador en la construcción de su imagen pública dentro y fuera del ring.El luchador es un deportista, con protocolos de trabajo físico, repertorios de interacción, y también hoy, es él mismo el que construye y transmite su propia imagen: por medio de máscaras y demás vestuario, de posturas corporales, llaves e historias que se desarrollan a lo largo de sus presentaciones y que son explotadas mas allá de las arenas.Esta dualidad entre atleta y “personaje” lo posiciona como un comunicador de sí mismo: diseña sus atuendos, sus ingresos al ring, y paralelamente trabaja sobre su imagen pública en las redes sociales generando un personaje que en ocasiones trasciende al deportista.

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