La educación es un derecho al cual toda persona debe tener acceso, sin embargo, en la realidad de nuestro país eso no sucede, sobre todo para los “sectores vulnerables” en donde la deserción escolar es elevada porque necesitan trabajar con su familia para satisfacer sus necesidades básicas, algunos más no continúan estudiando porque se insertan en otras actividades culturales como el caso de las mujeres indígenas en donde no tienen las mismas oportunidades que los hombres, o que no siguen con su educación porque en sus comunidades no cuentan con todos los niveles educativos lo que implica mayor esfuerzo y dinero. En este sentido, se considera importante presentar la experiencia de los alumnos de origen indígena miembros del proyecto Universidad Solidaria del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) respecto a la educación que han recibido, especialmente cómo ha sido su proceso de inserción en la universidad, los problemas que enfrentaron y el apoyo que han recibido de su familia para lograr sus objetivos profesionales.