Uno de los aspectos obviados en el estudio del patrimonio y de la patrimonialización en Andalucía es el contenido de violencias simbólicas y resistencias que bastantes tradiciones y manifestaciones mantienen en el sentido vivo de las representaciones colectivas. La dualidad entre el mantenimiento de rituales y tradiciones que celebran la reconquista y enaltecen la herencia cultural del catolicismo, y la carnavalización de las violencias en los símbolos de muchas fiestas patronales, forman parte de una herencia patrimonial que debe ser interpretada de forma integral para abordarlas en cuanto contenidos simbólicos en dialéctica. Contra la lectura hegemónica de la banalización de lo sacro en el sur, mantenemos la consideración del recurso de inversión simbólica que permite entender los rasgos de una cultura de resistencia y una memoria de las violencias en el patrimonio cultural andaluz. Las imposturas sobre el patrimonio desde las lecturas hegemónicas se quiebran ante los procesos locales de reedición y resemantización de nuevas interpretaciones del patrimonio andalusí local histórica e institucionalmente degradado, pero que adquieren un nuevo rol como revulsivo de identidad comunitaria y capital simbólico local. En este sentido, las nuevas formas de violencia simbólica institucional en los procesos recientes de apropiación por inmatriculación masiva de bienes por parte de la Iglesia, confronta en algunos contextos la vigencia de representaciones católicas de la modernidad a las resemantizaciones interculturalistas de los movimientos sociales activistas del patrimonio. Los referentes de colonialidad de la modernidad tropiezan con contra-narrativas de interculturalidad en disputa por hacer valer las nuevas representaciones.

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