Europa se enfrenta actualmente a varias ‘crisis’ que se traducen en un deterioro de las condiciones socioeconómicas, el gradual desmantelamiento del Estado de Bienestar, el resurgimiento de las derechas populistas y un rechazo cada vez mayor a la inmigración. Esta situación ha cristalizado en la llamada crisis de los refugiados, el avance de los nacionalismos e incluso el cuestionamiento de la UE como tal. El resultado es que los migrantes en Europa, se encuentran en una doble posición: acusados de no integrarse, pero se desconfía de su participación. Es en este contexto que las migraciones entre América Latina y Europa han sufrido varias transformaciones en los últimos años. Entre ellas, una reducción, y en parte inversión, de los flujos; una mayor precarización, especialmente entre las comunidades asentadas en España; y una mayor complejidad de las movilidades. Los y las migrantes colombianos residentes en Madrid, Londres y Bruselas han sido protagonistas de estos cambios. Tras dos décadas de estudio de las migraciones colombianas hacia Europa, en 2014-2015 completamos un nuevo estudio sobre el impacto de la crisis de 2008 entre las comunidades asentadas en estas tres ciudades. Dicho estudio coincidió con otro “hito” importante, un nuevo proceso de paz en Colombia que trata de poner fin a décadas de violencia política. El caso colombiano, por tanto, ofrece un escenario de dobles transformaciones en el que analizar la participación política de los migrantes en Europa a nivel individual y colectivo, desde una perspectiva transnacional.   

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo