Actualmente, las Fiestas de San Juan y de San Pedro son reconocidas ampliamente como la expresión folclórica más representativa del departamento del Huila-Colombia y un elemento constitutivo de la identidad regional. Desde sus inicios, las fiestas han sido objeto de múltiples intervenciones, por parte de instituciones como la Iglesia y el Estado. Así, por ejemplo, durante la época colonial, la fiesta sirvió para expresar lealtad al rey de España; en la segunda mitad del siglo XX fue oficializada como fiesta departamental mediante la creación del Festival Folclórico, Reinado Nacional del Bambuco y Muestra Internacional de Folclor declarada como Patrimonio Cultural de la Nación en 2006.Esta atención constante sobre la fiesta contrasta con la idea de espontaneidad que se asocia, tanto a la fiesta como a su relación con la identidad. Como mostraré en esta ponencia, la fiesta, más que reflejar, produce un conjunto de rasgos que se suponen “propios” de una región y de sus habitantes; entre los que se encuentran el baile, los trajes y la música del Sanjuanero Huilense. Como veremos, por ejemplo hoy en día estos rasgos son objeto de la enseñanza en las escuelas, a través de la cátedra de la huilensidad, en la que se promueve la identidad opita-huilense.Mi interés es mostrar, cómo se usan las Fiesta de San Juan y de San Pedro para construir y producirse un tipo de identidad particular: la “opita o huilense”, específicamente en el caso del Municipio de Timaná-Huila. 

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