En esta comunicación, se analizará la necesidad de distinguir arqueológicamentelas diversas identidades presentes en una unidad urbana, como es el barrio. Laidentificación espacial es una contribución valiosa para el estudio de lassociedades complejas, ya que la arquitectura la conciben los individuos para lacomunidad en la que habitan. En este sentido, Teotihuacan (0-650 d.C.) al seruna cultura eminentemente urbana se convierte en un buen ejemplo para realizarinvestigaciones partiendo de esta premisa. El barrio y su formación se haconvertido en una herramienta indispensable para el estudio de esta poblaciónhistórica. Este tipo de división urbana -al hallarse entre la familia y laciudad y el gobierno- es un buen indicador para aproximarnos a la política ysociedad de la ciudad de Teotihuacan durante el Clásico. Teniendo en cuenta quelas interacciones face-to-face son esenciales en la configuración de un barrio y que la identidad se construyeactivamente a través de ellas, se vuelve imprescindible discernir ycaracterizar las diferentes identidades sociales presentes en el registroarqueológico. Por un lado, señalan la posible composición étnica del barrio quenos permite comprender factores culturales tanto de segregación como deintegración dentro de una comunidad. Del otro, nos permite establecerdiferentes grados de identidad dentro de una escala de complejidad. En estesentido, no sólo identificamos individualidades sino relaciones jerárquicas ydesigualdades sociales dentro de los conjuntos habitacionales y del propiobarrio y, de éste con respecto al resto de la ciudad.

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