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TABOO, VEINTE AÑOS DESPUÉS: HISTORIES/STORIES DE CONTACTO. EL RE-POSICIONAMIENTO INTERPRETATIVO A TRAVÉS DE LAS DINÁMICAS ERÓTICAS EN EL CAMPO

Kulick y Willson recogían en  Taboo (1995) cómo la subjetividad erótica de la etnógrafa puede ser epistemológicamente productiva, comportando una nueva aportación a la fuerza del conocimiento parcial y situado legado por Haraway (1988, 1991) y Strathern (1991), y tantas otras feministas no-académicas precedentes. A través de la investigación en un club liberal de la ciudad de Barcelona donde se encuentran personas quienes practican el cross-dressing, reflexionaré entorno la “contingencia del contacto”.Mis reflexiones navegan en el posicionamiento y reposicionamiento como sujeto-activista y sujeto-erótico. La cuestión fundamental es hacer de aquello “impensado” e “impensable” de las emociones, más allá de un elemento personal y político, un elemento epistemológico y de reflexión metodológica. Esto me obliga a recoger el impacto directo en la propia piel y las “zonas sensibles” de la identidad (Cohen-Emerique 2011). Argumentaré, siguiendo a Ahmed (2014), cómo no se sugiere un modo radical de subjetivismo, pues “ninguna cosa” o “ningún cuerpo” tienen características positivas que pre-existen al contacto, sino que los sujetos tal como los objetos se modelan con el contacto. Reflexionaré entorno a la complejidad que caracteriza las definiciones del valor socio-simbólico y sexual, aquí entendidas como acoplamientos de opresiones y privilegios tanto de la investigadora como de las personas de la investigación, que son redefinidas local y temporalmente en las interacciones a través de las dinámicas eróticas y del contacto. 

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