La Asociación Casa del Pumarejo es un espacio contestado en el centro de Sevilla que lleva casi dos décadas articulando resistencias al modelo neoliberal, a través del uso contra-hegemónico de retóricas tradicionalmente hegemónicas: participación, patrimonio, sociabilidad, etc. Después de distintas medidas de presión por parte de la Asociación, el actual gobierno del PSOE decidió a finales del 2015 impulsar un proceso "participativo" para dar respuesta a una de sus demandas históricas: la rehabilitación del edificio. Esta comunicación focaliza su atención en las relaciones de poder, autoridad y conflicto en la Comisión de Seguimiento entre la Asociación y la Gerencia de Urbanismo de Sevilla, aportando un analisis de discurso de los distintos agentes implicados: movimiento social, cargos técnicos y responsables políticos. Más allá de las narrativas oficiales y oficiosas de los distintos actores, mi interés se concentra en sus habitus políticos, así como en los aspectos simbólicos e infrapolíticos de la negociación (la espera, el silencio, los simulacros de confianza mútua, etc). La pregunta que planea sobre toda la comunicación es: ¿Cuáles son los límites, riesgos y techos efectivos de la participación social? ¿Pueden realmente los movimientos sociales incidir en la gestión patrimonial por los cauces formales establecidos por las administraciones públicas? Una respuesta a estas preguntas, implica empezar problematizando la viabilidad misma de etnografiar el poder, señalando las limitaciones teóricas, metodológicas y éticas de una antropología política del Estado, por el momento tan enormes como su extremada urgencia.  

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