En los meses siguientes al terremoto de 2010, los primeros haitianos llegaron a las fronteras de la Amazonia brasileña. La solicitud de refugio como estrategia de migración y las condiciones inhumanas de su arribo llevaron a las autoridades brasileñas a restringirles la entrada en el año 2012. La oleada de haitianos alarmó a los medios de comunicación. Éstos manifestaron temor por la "invasión" y promovieron una especie de "pánico moral" (Cohen, 1987). En este momento hay alrededor de 40.000 inmigrantes haitianos en Brasil y la mayoría de ellos han recibido una "visa humanitaria" que les permite permanecer y trabajar legalmente en el país. Este estudio se ha enfocado en dos asuntos principales: en primer lugar, interpreta las migraciones haitianas desde una perspectiva historicista, teniendo en cuenta la importancia estructural que la migración tiene en la sociedad haitiana. También se ocupa de la manera en la que el "gobierno humanitario" se ha dedicado a "la gestión de los indeseables" (Agier 2012) tanto en Haití como en el "sistema global de control de la movilidad" a través de la construcción de la diferencia y la jerarquía (Moulin, 2012) para interferir en la producción de los flujos migratorios, tal como sucede en este caso de estudio. En segundo lugar, haciendo uso de la información recopilada por la autora y por los datos de textos académicos y no académicos sobre la afluencia de haitianos a Brasil, se analiza esta inmigración desde la perspectiva de Didier Fassin sobre la "biopolítica de la alteridad" (Fassin, 2001), concluyendo que la "razón humanitaria" (Fassin, 2012) se invoca de manera efectiva en el contexto de la agenda neoliberal, en particular por las organizaciones humanitarias en Haití, pero también en las políticas migratorias brasileñas aplicadas a los haitianos, permitiendo la reproducción de un modelo económico que se basa en el trabajo precario de los inmigrantes.

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