En diciembre de 2016 el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la UNESCO declaró PCI a la "Charrería, tradición ecuestre en México". Esta ponencia explora los entendimientos que más frecuentemente circulan en torno a qué implica esta declaratoria, tratándose de una expresión cultural moderadamente objetada por ser un deporte o espectáculo violento hacia los animales no humanos (ganado mayor, concretamente). Mostraré que en dichos entendimientos predomina la confusión con el valor monumental a conservar (más propio de las declaratorias de Patrimonio Cultural o Natural) en la pérfida forma de presunto "blindaje ante la crítica", e incluso con la amenaza de "enviar a la cárcel" a quien se atreva a cuestionar lo que se declara "patrimonio cultural". Un examen cuidadoso de la ficha técnica de la declaratoria y sus videos promocionales muestra que, aunque el término ecuestre se halle en el título de la declaratoria, el sabio aprecio a los caballos y la debida atención a su bienestar está todavía lejos de ser central. Con todo, la charrería podría ser un importante vehículo de cambio cultural que sí ayudara a promover mejores valores para la convivencia multiespecies en el Gran México (usando la expresión de Américo Paredes: desde Illinois hasta Chiapas). 

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