Nuestras sociedades contemporáneas, tan seguras como aparentan, esconden el miedo provocado a la inseguridad, al peligro y al riesgo tanto como las sociedades tradicionales. Ahora bien, con la introducción de la industrialización, las nuevas tecnologías y los nuevos trabajos los riesgos que afrontamos se han diversificado tanto que van, desde los producidos por la energía nuclear, las fábricas cementeras, las antenas de los teléfonos móviles, o incluso el fracking hasta los provocados por la medicina moderna con las terapias de células madre o las radiaciones, pasando por todo un conjunto de riesgos que tienen que ver con nuestra presencia en las redes sociales y los usuales robos de identidad o acosos digitales. Sabemos que algunos riesgos tienen efectos inmediatos y son fáciles de percibir y de interpretar, pero también nos resulta conocido cómo otros presentan riesgos a más largo plazo, o sus riesgos no se perciben de forma clara y, por  tanto, suscitan enormen inquietudes difícilmente interpretables, o incluso, provocan conflictos de ámbito empresarial o laboral de importantes repercusiones. Esto es lo que analiza esta comunicación. A través de un dilatado trabajo de campo se pone de manifiesto el conflicto planteado en el Bierzo entre la cementera Cosmos y los productores vitivinícolas de la región y los representantees de las distintas denominaciones de origen de productos agrícolas de la comarca. La disputa es por el aire y su pureza. La experta ciencia ha tratado de delimitar esta realidad que no se ve, sin embargo, sus esfuerzos resultan aún infructuosos. 

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