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LA (IN) CONVENIENCIA DE (RE) PRODUCIR FUNDAMENTOS COMPLEJOS EN ESTUDIOS SOCIOECOLÓGICOS: QUIMERA ANTROPOLÓGICA, DESAFÍO ETNOGRÁFICO O ¿IMPOSICIÓN CIENTÍFICA?

Los estudios ecológicos que otorgan a la dimensión socio-cultural un papel fundamental en la investigación de los ecosistemas, establecen mecanismos viables para el diálogo analítico de los factores biofísicos y sociales, creando herramientas comunes con otras disciplinas de conocimiento. Al mismo tiempo tienen por objeto difuminar la relación dicotómica de los conceptos de naturaleza y sociedad, tomados históricamente como antinomias. Para aunar estos condicionantes, las propuestas de superación vienen en la línea de la inter o transdisciplinariedad y, principalmente, con un enmarque en los postulados de la complejidad, sobre todo a través de los aparatos teóricos y metodológicos que se derivan de los conceptos de socioecosistema, resiliencia socioecológica, sistemas complejos adaptativos, coevolución, holismo ecológico o servicios socioecosistémicos. Si bien es conveniente producir o reproducir marcos de estudio en relación a esta nueva forma de pensar lo ambiental, ya que su carácter innovador supera barreras ontológicas y epistemológicas, también es necesario detenerse a observar de forma crítica las paradojas que entrañan estas nuevas epistemes, pues su regularización o reproducción pueden tornarse en doxas que sucumban a viejas y complejas temáticas aún hoy sin respuestas, haciendo posible que se activen reflexiones que problematicen la historia, corpus teóricos y objetivos de esas investigaciones.

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