"Investigar la experiencia del usuario" es una expresión utilizada en la mayoría de los anuncios de puestos de trabajo que buscan a antropólogos de empresa. Hace ya tiempo que la opinión explícita y consciente del usuario pasó a ser una cuestión accesoria. Los cuestionarios sociológicos, los grupos de discusión o las entrevistas estructuradas no son ya la parte esencial para obtener información en el diseño industrial. Por el contrario, la observación, la participación, la inmersión en los usos del usuario, la percepción de sus valores asumidos y la interpretación de sus acciones se presenta como una fructífera alternativa para obtener los más valiosos datos de investigación en la creación de artículos de consumo. En los años 90 el concepto de "acción situada" dio pie a productos como el botón verde de las fotocopiadoras Xerox, los diseños de mobiliario de pasillo de Steelcase o los desayunos infantiles de Yoplait. Actualmente este es un concepto esencial para el desarrollo de las aplicaciones en los teléfonos móviles de última generación. Todos estos productos basan su diseño en la investigación sistemática de etnógrafos que detectaron los valores culturales del consumidor y adaptaron a ellos sus diseños. Pero ¿qué es un valor cultural, cómo se detecta y cómo se utiliza a la hora de "crear" un producto? En esta comunicación se describe cómo la obra de Ricardo Sanmartín Arce sirve de soporte teórico fundamental para explorar estas cuestiones.