El intelectual mixe Floriberto Díaz teorizó sobre la comunalidad que consideraba la dimensión esencial-inmanente de la vida comunitaria, cuyos principios definió como lo comunal, la colectividad, la complementariedad y la integralidad (Díaz 2007). Esta concepción ideológica contrahegemónica tiene también una dimensión política que se materializa en términos de reclamaciones de reconocimiento y redistribución en la negociación con el Estado mexicano. El objetivo de esta ponencia es doble. En primer lugar, se va a analizar la concepción de justicia social contenida en dicha teoría oaxaqueña de la comunalidad, desde un enfoque crítico y bifocal (Fraser 1997 y 1998; Habermas 2002; Habermas y Rawls 1998; Rawls 1971). En segundo lugar, a partir de información etnográfica de primera mano, se quiere reflexionar sobre un agrio debate que se produjo en los círculos del indianismo oaxaqueño en defensa de la comunalidad, a raíz de la publicación de un artículo en el que otro intelectual, en este caso zapoteco, ponía en tela de juicio que la comunalidad misma se correspondiera con formas de vida de las comunidades indígenas (De la Cruz 2011). A partir de esta reflexión, se pretenden abordar los principales retos que nos plantea la interdisciplinariedad entre la antropología y la filosofía políticas, generando una discusión metodológica en torno a la posibilidad de aprehender reclamaciones populares de justicia a partir de teorías filosóficas, así como, finalmente, identificar las cargas con que, en ocasiones, estas mismas teorías nos lastran en la labor de dar cuenta de nuestros objetivos de investigación más ambiciosos.