El objetivo de este trabajo es el análisis de las prácticas de consumo de productos tradicionales con sellos de calidad agroalimentaria que apuntan hacia una flexibilización y/o desestructuración de los hábitos alimentarios. Pretendemos comprender la dinámica recíproca en la que la identidad alimentaria deriva tanto de las pautas culturales previas como de la instrumentalización de ideas y políticas impulsadas por agentes propositores.   El sistema agroalimentario no escatima fórmulas para inducirnos al consumo de determinados productos tradicionales, clásicos en las mesas, pero mediante formas y prácticas innovadoras que contribuyen al incremento de la autonomía, de la independencia, de la privacidad... Productos habituales en las comidas y en las mesas como el aceite de oliva, el queso y el jamón ibérico, ahora con marcas de calidad que incorporan renovadas narrativas sobre el origen y estilo de vida.   Partimos de la hipótesis que proliferan formas de consumir productos tradicionales bajo nuevas premisas de la sociedad contemporánea que inciden en cuestionar el valor tradicionalmente atribuido a la comida y a la comensalidad como aglutinador social. La interpretación de los datos sobre los tres sistemas agroalimentarios de los productos mencionados, procedentes de la investigación adscrita al proyecto: “Las marcas de calidad en el mundo rural: nuevos retos para productores y consumidores”, nos permitirá abordar el análisis que proponemos.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo