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VANGUARDIA, MODERNIDAD Y VALORES

Entre las muchas paradojas que planteó la Modernidad, una de ella fue que sus más insignes representantes, los artistas de vanguardia, aborrecieron los nuevos valores que surgían con la ilustración y el liberalismo burgués. A pesar de las diferencias que hubo entre las distintas sectas y grupúsculos que rechazaron la lógica, el capitalismo y los valores apolíneos que desencantaban el mundo y creaban una imagen de la vida ligada al trabajo y la familia, todos ellos buscaron fuentes morales en otras civilizaciones –América, África, Oceanía, Oriente- o en imágenes refractarias al prototipo del hombre burgués –la locura y la niñez-. ¿Pero qué pasó con los latinoamericanos que viajaron a Europa en busca de modernidad y de vanguardia, y descubrieron que los representantes del arte nuevo añoraban los paraísos virginales y primitivos de donde venían ellos? ¿Qué surgió de este choque de valores? ¿Cómo influyó en la modernidad cultural de América Latina? Las guerras culturales suelen ser duelos entre conjuntos de valores opuestos, que intentan legitimarse mediante actitudes artísticas. Quien gana la partida, moldea un estilo de vida (o de consumo). La antropología que ha desarrollado Ricardo Sanmartín a lo largo de su vida académica ha sido la lente privilegiada para ver estas dinámicas.

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