Aunque en el panorama internacional la inseguridad alimentaria ocupa un lugar prioritario en las agendas políticas, económicas y sanitarias, en las sociedades industrializadas, este fenómeno se ha referido preferentemente a la inocuidad de la cadena alimentaria y a las precauciones adoptadas para minimizar los posibles peligros asociados a los alimentos. Sin desestimar este interés, esta comunicación aborda las razones por las cuales en España, en los últimos años, se está considerando cada vez más el impacto de la inseguridad alimentaria entendida, ahora, como las dificultades para asegurar la accesibilidad regular de una parte de la población a los recursos alimentarios suficientes para garantizar su subsistencia y bienestar. En este sentido, se aborda si se están invirtiendo algunas de las tendencias positivas que el sistema alimentario global daba ya por consolidadas, tales como la progresiva democratización de la alimentación y la disminución de las diferencias sociales en el consumo. A pesar de la relativa abundancia alimentaria, a principios del siglo XXI el derecho a la alimentación no está garantizado en España. Alentada por las políticas de austeridad, queremos saber hasta qué punto la actual crisis económica constituye un punto de inflexión en las maneras de comer y pensar la comida de las personas con condiciones de vida precarias. Para ello, se analiza el tipo de recursos y estrategias alimentarias se ponen en marcha para lograr el sustento cotidiano y las acciones de carácter gubernamental y/o civil que se están desplegando para tratar de garantizar el derecho a la alimentación. Queremos saber también si ha crecido la demanda de alimentos y productos básicos entre los sectores más vulnerabilizados de la sociedad española, si se están reorganizando los excedentes alimentarios de distribuidores y mayoristas ante las necesidades crecientes de esta población y si, finalmente, han aparecido o se han incrementado problemas vinculados a la malnutrición.