Esta ponencia presenta los resultados de una investigación realizada entre 2016 y 2018 en la que se analizaron las representaciones sociales de la evaluación docente entre profesores de una secundaria en Puebla. Se asumió una perspectiva antropológica para el análisis de una política educativa emprendida en México en el año 2013, que hizo de la evaluación de la práctica docente su principal objetivo, por lo que significó un cambio no sólo en el sistema educativo, sino entre el magisterio. Se utilizó la etnografía doblemente reflexiva, en donde se encontró que los docentes no rechazan la evaluación de su práctica, sin embargo, sí les genera miedo, estrés e incertidumbre debido a la forma en cómo ha sido aplicada, ya que entienden la evaluación más como un proceso administrativo o de control que como una herramienta de mejora de su práctica. Así mismo se descubrió que los docentes con mayor capital económico pueden acceder con más facilidad a la formación continua, adquiriendo una ventaja al presentar las evaluaciones y al desarrollar su práctica docente.