Esta comunicación responde a la intersección de tres investigaciones y a una pregunta:  Con la primera etnografía con niños, niñas y adolescentes “de la calle” en Recife (2005) y en Maputo (2008) pude seguir las estrategias de subsistencia y los procesos de aprendizaje entre iguales en contextos de pobreza y violencia extremas. En una segunda investigación hice el seguimiento de proyectos de cooperación, solidaridad internacional y educación para el desarrollo en escuelas de Cataluña (2004- 2011), y constaté cómo se construye un pensamiento colonizador desde una posición acrítica o bienintencionada de “ayudar al otro” en dirección Norte-Sur. Por último, la etnografía en Ciutat Vella, Barcelona, con menores de 16 años en riesgo de exclusión y de pobreza severa i/o extrema, susceptibles de percibir una ayuda extraordinaria de emergencia social (2018), me ha permitido acercarme a la problematización de la dependencia que orientan las políticas públicas en un país “desarrollado” . Por primera vez, se dimensiona aquí la relación tácita entre estas investigaciones: la posición interconectada que ocupa la infancia y la adolescencia en situación de pobreza en una estructura desigual y excluyente. Mi intención es abrir la vía de reflexión hacia una Antropología por demanda, en el sentido propuesto por Rita Segato, centrada en educación, pobreza, infancia y adolescencia. De ahí la pregunta: ¿De qué manera puede la Antropología de la educación poner sus herramientas teóricas y metodológicas, y sus técnicas de investigación, al servicio de las preguntas de quienes suelen ser relegados a un papel de sujeto receptor?

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