Mediante este trabajo analizamos los discursos y prácticas sobre “radicalización”, tanto en el contexto europeo como en el español, desde una mirada intercultural crítica que cuestiona el uso que se está haciendo de conceptos como “valores comunes” o “identidad múltiple”, así como de la metáfora utilizada al reconocer un supuesto “fenómeno de la radicalización”, o acerca de las implicaciones insertas en la construcción de categorías tales como “familias extremistas”, entre otras cosas. Estos discursos se han situado como prioridad destacada para la (macro-)financiación en varios programas europeos y para la elaboración de planes de acción nacionales e internacionales, además de estar insertándose en los espacios educativos a través de ofertas formativas y manuales para educadoras/es sobre herramientas para la detección de procesos de radicalización. Entre otros efectos, está el de hacer de los espacios escolares/educativos lugares idóneos para la sospecha, la delación y la discriminación, dirigiendo y tergiversando, a su vez, los medios y los fines de las relaciones educativas. Complementariamente, a partir de tres grupos de discusión realizados junto a profesorado y educadoras/es, aspiramos a aportar ciertas claves acerca de cómo los discursos anteriormente descritos se relacionan con las visiones e inquietudes presentes en sus quehaceres profesionales cotidianos. A partir de aquí, nos proponemos analizar en qué forma estas creencias y prácticas contribuyen a justificar el discurso de la radicalización, o bien, en que forma suponen un antídoto y una resistencia frente a los mismos.

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