En este artículo se analiza en profundidad el ritual de muerte en la Península de Santa Elena, Ecuador, ilustrando al mismo tiempo un método para el análisis de los símbolos y de la ritualidad. Este ritual gira en torno a la mesa de difuntos, permitiendo entender cómo estas poblaciones consideran primordial establecer relación con las almas de sus parientes muertos y reafirmar así sus lazos sociales ancestrales y su razón de ser y existir. Sin embargo, es a través del método de análisis que proponemos que se descubrirán las aguas más profundas de este ritual en el que el juego de combinaciones entre las acciones rituales y los elementos simbolizados se irá desvelando. Así, la metodología de análisis mostrará cómo el ritual es en realidad un acto performativo que sirve para ficcionar lo que se vive a nivel de la experiencia humana.