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Lo folk en el Folk Horror. El miedo a lo arcaico en el género de terror audiovisual

El objetivo de esta comunicación es demostrar que el Folk Horror articula su narrativa en torno a la oposición entre tradición y modernidad, de tal modo que los elementos arcaicos, primitivos o tradicionales causan miedo por su condición de ajenos o desconocidos, por ser lo Otro, mientras que la narrativa adopta el punto de vista, para el espectador, de la modernidad, el progreso y lo racional. A pesar de ello, la oposición no se resulve en los términos, habituales en el género de terror, de la lucha entre el Bien y el Mal, sino que se plantea próxima al relativismo cultural. El marco teórico y metodológico se construye a partir de la teoría de las emociones, en una perspectiva cultural y social (Lutz and White, 1986; Surrallés, 2000; Harris, 2015), aplicada al cine (Smith, 1995; Gaut, 1999) y en relación a las teorías de los géneros del terror (Roas, 2001; Reisz, 2002). El Folk Horror es un subgénero narrativo definido por Adam Scovell (2017) a partir de lo que llama "la cadena del Folk Horror", cuatro eslabones que se suceden. Estos son un paisaje o comunidad (1), aislados de la civilización moderna (2), un sistema de creencias y rituales ajenos (3), y un suceso o invocación final (4). La estructura narrativa se sustenta en un visitante que experimenta inquietud, amenaza y miedo. Se demuestra lo dicho con análisis textual comparado de dos filmes clásicos del género, The Wicked Man (1973) y Midsommar (2019), y referencias generales a otros muchos.

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