Imágenes que hieren.
Hay imágenes que hieren. También en el aula. En un contexto cada día más diverso en todos los sentidos (origen, género, creencias, etc.), a menudo aquella fotografía que hace poco tiempo parecía un soporte perfecto, y que alguien podía pensar que era inocua, que era puramente “ilustrativa” para ayudar a comprender mejor una determinada idea o información en una clase concreta, provoca justamente lo contrario en el alumnado (o en parte del alumnado). El uso de imágenes de determinados contextos históricos (coloniales, por ejemplo), de determinados rituales y prácticas, de determinadas personas, incluso de nosotros mismos haciendo trabajo de campo presenta cada día más dificultades para aquellas personas que nos dedicamos a la docencia. En una época de tantos inputs audiovisuales, la fotografía se ha convertido en un reto permanente, y la docencia es un momento único para aprovechar este cambio de paradigma, convirtiendo las propias imágenes utilizadas en un elemento para ser debatido en el aula y plantear dilemas al alumnado, en el marco de la llamada "paradoja del espectador", y fomentar una cultura crítica de las imágenes en cada sesión. ¿Debemos evitar las imágenes más cuestionadas en nuestras clases? ¿Podemos mantenerlas pero manipularlas para obtener un efecto diferente? ¿Es necesario renunciar a imágenes que, personalmente, siempre hemos pensado que eran imprescindibles? A partir de algunas imágeness concretas en el aula en varias asignaturas (Antropologia de la Sociedad Contemporánea y Etnología regional), pretendemos presentar algunas reflexiones nacidas de los debates entre el alumnado y el docente.
(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo