La identidad puede ser definida más allá de los elementos perceptibles, no es sólo una cualidad implícita en la condición unitaria del individuo; sino que se perfila y enriquece en el desarrollo de la vida social; en el contacto con las instituciones, que comienza en la familia, y luego se amplifica a otras estructuras sociales. Con los hábitos, costumbres, actividades, obligaciones y responsabilidades que contraemos y desarrollamos desde pequeños, en el curso de las distintas interacciones sociales que forman parte de nuestras vidas. La comunidad jaquéense ha establecido su identidad a través de su arraigo a un territorio específico, dando forma a sus costumbres y tradiciones. En este estudio, exploramos el sentido de pertenencia en relación con la identidad cultural que destaca la conexión emocional con un grupo social más allá de la percepción individual de sus miembros. Esta identidad, como complemento lógico, enriquece la diversidad cultural entendiendo la identidad como la conexión con un país, ciudad o barrio, donde lo compartido por sus habitantes se vuelve uniforme e intercambiable. En estos territorios, la identidad cobra vida, se celebra en festividades y se representa en rituales cotidianos. Esta investigación se realizó partiendo de una metodología cualitativa a través de encuestas y entrevistas realizadas en el Corregimiento de Jaqué, en la Provincia de Darién, Panamá.