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El ecocidio del cerrado y el genocidio de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales

El énfasis global en detener la pérdida de bosques no ha reconocido la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos de biomas no forestales como es el caso de la sabana más biodiversa del mundo, llamada de Cerrado, que posee una singularidad y una importancia biológica y social, tanto a nivel nacional como global, por ser regulador del clima, proveedor de agua y almacenador de carbono. El Cerrado es un centro crucial en Brasil para la cría de ganado y el cultivo de commodities agrícolas (soja, maíz, algodón, eucalipto y caña de azúcar), como también, el hogar de pueblos indígenas y comunidades tradicionales que dependen del uso sostenible de los recursos naturales de la región. La deforestación y la conversión de la vegetación natural en este bioma se debe a la destrucción de la vegetación nativa y el cambio climático que amenazan su biodiversidad, por ejemplo, las proyecciones indican una extinción sin precedentes de plantas endémicas (alrededor de 480 especies) para 2050, así como, se está volviendo más cálido, más seco y, por ende, más propenso a padecer incendios forestales devastadores. Las consecuencias de este ecocidio generan el genocidio de sus guardianes que resisten a la violencia cotidiana local, financiada en grandes centros financieros, nacionales e internacionales.

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