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Autoetnografía de un antropólogo en una empresa de inteligencia artificial

Para mantener el entusiasmo (Zafra, 2017), no somos pocos los antropólogos y antropólogas que nos vemos expuestos a situaciones precarias, que tratamos de paliar, como podemos, hasta que conseguimos una plaza. En mi caso esta situación me llevó a aprender lenguajes de programación y a trabajar desarrollando proyectos de recolección de datos e inteligencia artificial durante dos años. En esta ponencia quiero compartir mi experiencia y reflexiones antropológicas en torno a tres dimensiones. La primera hace referencia a la lectura y la escritura de los textos (códigos) que, pese a su apariencia aséptica, no dejan de estar hechos por humanos que, como se dice en las tecnológicas, escriben con más o menos estilo. Estos textos/códigos, por cierto, podemos pensarlos como libros que pueden hacer circular imágenes o ideas pero que, a diferencia de ellos, son capaces de ver y oír. Estos textos/códigos, por tanto, no se desvinculan nunca del todo de sus autores (o propietarios), sino que mantienen un canal de vuelta para el almacenamiento de datos. En segundo lugar, quisiera reflexionar sobre la representación e ideología de la inteligencia artificial que se nutre, precisamente, de los datos recolectados entre los usuarios. Y, por último, no quisiera dejar escapar la oportunidad para reflexionar sobre las exigencias de un trabajo que obliga a una actualización (y angustia) infinita.