Proceso de morir, muerte y budismo vajrayana en el ámbito catalán. posibilidades, limitaciones y retos
Quién no se ha preguntado nunca: ¿moriré?, ¿morirán los seres a quién quiero?, ¿cuándo, cómo y dónde pasara esto? Preguntas para las que aún no tenemos respuesta, pero que hacen referencia a algo que inevitablemente sucederá. Es evidente que moriremos, sin embargo, en las sociedades post-industriales no existe una aceptación social de la muerte, esta suele ser vivida con rechazo y como algo que refiere a los otros.En el budismo vajrayana, la certeza de la impermanencia y la muerte ocupan un papel central en sus enseñanzas. El proceso de morir y la muerte son muy importantes para esta tradición, ya que este momento influirá y condicionará la posibilidad de liberarse del sufrimiento (motivación principal del budismo). Así, es muy importante respetar a la persona que está muriendo y, después de certificar la muerte clínica no manipular el cuerpo de la persona, ya que desde la concepción budista el proceso de morir aún no ha finalizado y la consciencia aún reside en el cuerpo.El marco legal catalán, los centros sanitarios y las funerarias de Cataluña tienen una visión biomédica del proceso de morir. Este hecho dificulta la posibilidad de morir a Cataluña siguiendo las orientaciones del budismo vajrayana, ya que tiene una concepción de la muerte diferente a la biomédica y no acoge las necesidades espirituales concretas de esta tradición. Delante de esta situación, los budistas vajrayana han desarrollado una adaptación específica de acuerdo con sus creencias y prácticas más acomodada que no disruptiva respeto del contexto.